12 abr 2010

¡Por el reencuentro!

Tengo un amigo que suele hacer el primer brindis "¡por el reencuentro!", da igual que no nos hayamos visto en un mes o desde la misma mañana. Me parece genial y creo que deberíamos dar más importancia a los reencuentros.

En una semana he tenido cuatro muy significativos.

  1. La familia reunida (casi) al completo (03/04/2010)
    Con la sonadísima ausencia de Sara y la anunciada retirada de Inés, nos conseguimos juntar toda mi familia: los Moreno, los Marín, y los Saldaña. Me alegró mucho verlos a todos y me lo pasé muy bien hablando un poco con todo el mundo en un ambiente muy relajado. Afortunadamente nos llovió durante el tiempo que estuvimos en el restaurante y luego por la tarde despejó, con lo que los niños pudimos salir al jardín.



  2. Una reunión de antiguos alumnos del colegio ¡25 años después! (09/04/2010)
    He de decir que iba con miedito por que no sabía lo que me iba a encontrar, pero la verdad es que fue genial. Confieso que de primeras no hubiera conocido ni a una tercera parte,  pero a algunos les hubiera saludado por la calle. Poco a poco, según les veías hablar y moverse los recuerdos iban pegando botes, y las emociones también.

    Me sorprendió verlos tan altos, tan jóvenes (en serio, sólo había dos o tres que aparentaran menos de lo que yo aparento, pero los demás no aparentaban mucho más). Algunos más calvos, otros más gordos y hasta alguno con barba, que en el colegio no llevaban:



    Apenas pude intercambiar frases con cuatro o cinco pues sólo estuve en el aperitivo y no me pude quedar a la cena, pero me fui emocionado. Repetiremos, y seremos más.

  3. Un cumpleaños doble
    Joaquín (barbuchín) y Guillermo (Zipi) decidieron celebrar su cumpleaños juntos y tuvieron la gentileza de invitarme.

    Otra buena reunión de amigos nuevos y viejos. En la cena nos lo pasamos bien pero a la hora de los regalos fue la risión: a Joaquín le regalamos cinco camisas,  cinco, de cuadros, azules y del Springfield, pero lo mejor es que a Guillermo le regalamos un polo de rugby de rayas rojas y blancas, casi igual que el que llevaba puesto, que era de rayas blancas y rojas.



    Fin de fiesta en el Fraggle y "pronto a casa", para los demás, la noche.


  4. Tesoros del mundo
    Visita a a la exposición del Canal de Isabel II en compañía de los amigos de siempre, y los niños...¡tan grandes ya!


    (desgraciadamente, no hay foto del acto)

    Ha pasado de todo, ascensos, trabajos nuevos, currículums que pasan de un lado a otro y niñas que tienen que ir con sus padres a ver un museo en vez de pasárselo bien como todos los niños del mundo...

    A ver si ahora que viene el buen tiempo nos vemos más a menudo.
En fin, que me encanta la gente a la que quiero y que me quiere y que os invito a levantar nuestras copas y a uniros conmigo en este brindis:


¡Por el reencuentro!

Nota: Tengo que dejar de leer a Albert Espinosa, porque repasando la publicación, veo que me ha quedado muy dulce todo.