"No se puede caer bien a todo el mundo, pero sí se puede caer mal a todo el mundo".
Esta ley suele venir acompañada de la "Paradoja de la popularidad" de Javier Marín:
"Normalmente el que pretende lo primero, consigue lo segundo".
Las dos se pueden fundir en el "Paradigma del rechazo" de javier Marín, que sentencia:
"Quien pretende caer bien acaba cayendo mal".